Colección: Carolina Diaz

En el vibrante lienzo de la vida, yo, una joven artista mexicana, me presento como un sueño inquieto y explorador de las múltiples realidades que componen nuestro mundo, tanto interno como externo. Mi paleta de colores está compuesta por la pasión de un corazón creativo que disfruta rompiendo los límites de lo conocido y adentrándose en la magia de lo desconocido.

Mi viaje artístico nació en plena la pandemia, ese espacio de quietud en el tiempo que me brindó la oportunidad de reencontrarme con mi esencia y aquello que anhelaba expresar. Inicialmente, mi pincel trazaba con cautela y minimalismo las huellas efímeras de la naturaleza. Pero con el tiempo, gané confianza y me aventuré a explorar mi mundo interior, dejando que mis emociones fluyeran en el lienzo y capturando momentos de mi propia existencia.

Mi singularidad como artista radica en mi trayectoria autodidacta. No poseo una educación formal en arte, pero he forjado mi camino a través de la experimentación y la intuición. Cada pincelada es una lección aprendida, y cada lienzo es un reflejo honesto de mi evolución como creadora.

Soy una rebelde del arte, una buscadora incansable de nuevas formas de expresión. Mi obra es un testimonio de mi conexión con la tierra y en continua búsqueda de conexión con mis raíces ancestrales. Desciendo de refugiados de la guerra civil española y mestizos de la colonización de México, una historia que me impulsa a explorar mi identidad en cada trazo de mi obra.

Como una migrante interna, he experimentado de cerca la violencia desencadenada por la guerra contra las drogas en mi país. Soy una latinoamericana más que se enfrenta constantemente al machismo y la misoginia que persisten en la región. Sin embargo, me defino como una persona inconformista de género, fuerte, resistente, audaz y apasionada.

Mi proceso creativo es un viaje profundo de autodescubrimiento que se inicia con una profunda conexión con mi entorno y mi mundo interior. Me inspiro en la naturaleza y las emociones humanas, y cada obra es un reflejo de mis sentimientos en ese momento. Comienza con la observación y la reflexión, luego las emociones fluyen libremente a través de mi pincel y lienzo. Mi trabajo es una exploración constante, agregando capas y texturas para crear profundidad y complejidad. Es un baile entre la intuición y la técnica, donde permito que mi instinto guíe mis movimientos mientras sigo aprendiendo y mejorando mi técnica con cada obra.

A pesar de mi falta de formación formal, mi enfoque autodidacta me ha permitido abrazar la libertad creativa y explorar sin restricciones. Mi obra es una expresión de mi espíritu rebelde, mi curiosidad insaciable y mi valentía para desafiar lo establecido.

En mi viaje como artista, he sido influenciada por grandes maestros como Jackson Pollock, cuyas marejadas de colores me inspiran; Yayoi Kusama, cuyo mundo vibrante y enérgico me envuelve; y Frank Stella, quien me cautiva con su juego geométrico.

Soy una creadora que no se conforma con la realidad tal como es, porque creo en la construcción de utopías realistas. Soy una artista, una activista, una ambientalista, y sobre todo, una soñadora que busca romper moldes y teñir el lienzo del mundo con los colores del sentir y el pensar. En cada pincelada, en cada obra, soy yo misma: rebelde, creativa, curiosa y llena de determinación.

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